No es a ti a quien lloro

Lloro por la intimidad que ya no vive.
Lloro por los reencuentros que perdimos.
Lloro por las comidas que no comparto.
Lloro que no veas crecer lo que tanto amo.
Lloro a mi mejor amigo.
Lloro las partes de mí que ahora esperan guardadas.
Lloro por la pérdida, la ilusión y el primer abrazo.
Lloro que no existas.

Pero no es a ti a quien lloro.

Lloro y también respiro. Por primera vez respiro. Duermo cada noche en compañía de la calma y el abrazo de mi permanencia. Despierto cada mañana sin un golpe en el estómago ni la ausencia de oxígeno. Vivo como el centro de mi propio universo. Vivo de mí, para mí. Vivo viviendo en mí.

Amo la intimidad de la solitud.
Amo el primer encuentro con mi alma.
Amo cada nuevo sabor.
Amo nutrir y ver crecer todo lo que amo.
Amo que ahora entiendo de amistad.
Amo las partes de mí que volvieron a ver la luz.
Amo la pérdida, la ilusión y el primer abrazo.
Amo que ahora existo.

Pero no es a ti a quien amé.

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